sábado, 4 de julio de 2009

FERIA FRANCA MEDIEVAL EN BETANZOS

Descargate el cuadríptico con el programa en pdf aquí.

Betanzos vuelve sobre sus pasos y revive aquellos tiempos en los que la presencia de espadas y armaduras daban sentido al sobrenombre de la localidad, conocida como Ciudad de los Caballeros.
En el medievo, Betanzos albergaba durante el mes de Noviembre una Feria Franca, que permitía a los comerciantes del Reino vender en la ciudad sin pagar la "alcabala", o arancel para la venta de productos foráneos en la ciudad. Pasados los siglos, la Feria se sigue celebrando, ambientándose en la época medieval de la que procede. Se cambió la fecha, de Noviembre a Julio, y la duración, de un mes a tres o cuatro días, y se fomentó y promocionó de tal forma, que en la actualidad es, sin lugar a dudas, la fiesta medieval más concurrida y con más participación de la provincia. Y es que el ambiente del casco antiguo de la ciudad, que alberga la "Feira Franca", es un marco idóneo para la celebración.

El casco antiguo de Betanzos es donde selleva a cabo la llamada Feria Franca Medieval.

Y la verdad, es que la "Feira Franca" es un espectáculo: teatro en la calle, malabaristas, cena medieval, puestos de venta de la época... La ciudad cambia de siglo debido a la cantidad de estandartes que adornan las calles y plazas junto con los carros con bueyes, lámparas de aceite,...
Durante estos días los visitantes pueden observar las representaciones teatrales del pasado medieval de la ciudad interpretada por más de doscientos actores voluntarios. Además, pueden disfrutar de la gastronomía en puestos callejeros o en una cena medieval que está compuesta por más de dieciseis platos diferentes.

El regreso a la baja Edad Media gana adeptos cada año. Con el paso de las ediciones son más los que sacan del fondo del armario sus deseos por retornar a la época de las aventuras y los grandes misterios. En esta ocasión se esperan más de cien mil visitantes que pueden ver colmadas sus ansias gracias a un fenomenal esfuerzo destinado a la ambientación y 115 puestos de artesanos que sitúan al público en aquellos momentos de máximo esplendor para la ciudad.
El presupuesto con el que cuenta la Feira Franca ronda los 54.000 euros, una parte de los mismos se invierten en la decoración. 175 estandartes y 150 banderolas ayudan a cumplir con este cometido. Más de 6.000 trajes están preparados para la feria. El casco viejo es más antiguo que nunca y los edificios de la zona recuperan el esplendor de otras épocas. Disfrazados al uso, los inmuebles son el marco idóneo para acoger los puestos que ocupan trabajadores de distintos gremios, desde la carpintería a los talleres de marionetas. Cada uno adopta las ropas que estaban destinadas a su oficio en la Edad Media. Las calles estan divididas según las tareas que desempeñen sus ocupantes, como se hacía en la antigüedad.
Los grupos de teatro de calle recrean escenas de tiempos pasados y tratan de implicar a los espectadores en sus actuaciones. No faltan los arqueros y los cazadores habituados a un sistema con mucha solera: la cetrería. Seis aves rapaces demuestran su habilidad para el vuelo y la caza.

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